«El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos» 

«El hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz».

Sócrates, 450 a. E. C

En ocasiones la vida es cuesta arriba, y uno sube y sube siguiendo el camino, y tal vez sentimos que no vamos a llegar, que no avanzamos o que nos quedamos estancados, porque no vemos la cima. Y al llegar en algún momento a la cima, muchos creemos que vamos a encontrar un logro o algo que conquistamos, pero no necesariamente es así en la vida real, este tema por lo general lo asociamos con triunfos de metas o propósitos, planes, pero cuando esto no aplica en una cima que debamos subir, cuando nos toca subir por algo que no es un premio a nuestro esfuerzo o sed de querer tener algo más extraordinario. 

Muchas veces solo llegamos a un final  de una temporada o de un proceso que concluyo en esa cima, puede ser el final de un desahogo, de un camino largo, pedregoso y cansado que tuvimos que realizar porque las circunstancias nos llevaron obligatoriamente a subir la montaña, aunque no quisiéramos, era el único camino que nos quedaba, en la cima no hubo ese sentimiento de éxito o de logro , solo un respiro de normalidad que nos llena los pulmones, el alma y la mente.  Todo regresa a una normalidad incierta y tal vez poco duradera, pero que fuerte nos volvimos subiendo la cima, que tanto musculo ganamos llegando hasta ahí, que ganancia superar esos pensamientos de no poder seguir avanzando para tal vez llegar a lograr la normalidad de nuestras vidas.

Obviamente si en algún momento nos ha pasado, que hemos llegado a una cima para tan solo lograr la normalidad, podríamos creer que esto no tiene tanto valor, pero no es así, el simple hecho de luchar por llegar a tener la paz de nuestras vidas vale tanto que no podemos quizás comprenderlo, simplemente por llegar a la normalidad, pero podemos ser de esas personas que logramos tener una visión clara de lo que sucede en nuestras vidas y que en donde los ascensos nos traen la enseñanza de valorar nuestra capacidad de vivir con lo que tenemos y aun teniendo menos podemos seguir subiendo cuantas cimas haya que subir para conseguir el control de nuestras vidas. 

No tengas en poco tu normalidad, también es un logro que merece celebrarse si la perdiste y la volviste a recuperar.